El entrenamiento de resistencia es una excelente forma de mejorar la capacidad aeróbica y muscular, permitiendo a los atletas sostener esfuerzos físicos por períodos más largos sin sentir fatiga excesiva. Al entrenar la resistencia, uno se enfoca en ejercicios que desafían tanto el sistema cardiovascular como los músculos, fortaleciendo la capacidad para soportar cargas de trabajo más largas. Ejercicios como correr a un ritmo moderado, hacer bicicleta o circuitos de peso corporal son ideales para aumentar la resistencia de manera efectiva.
Para aquellos que ya entrenan fuerza, la clave para mejorar la resistencia sin perder fuerza es incorporar sesiones de entrenamiento aeróbico de baja o moderada intensidad. Esto significa añadir entrenamientos de menor carga, pero mayor duración. Al hacerlo, el cuerpo aprende a utilizar la energía de manera eficiente, lo cual es crucial para mantener el rendimiento en ejercicios más largos sin desgastarse.
Además, el entrenamiento de resistencia ayuda a mejorar la recuperación entre series en el entrenamiento de fuerza, permitiendo hacer más repeticiones o trabajar con mayores pesos de forma consistente. A largo plazo, entrenar la resistencia aumenta la capacidad pulmonar y cardiovascular, optimizando el rendimiento en todas las áreas del fitness. Integrar estos entrenamientos al menos una vez por semana es una estrategia ideal para complementar el entrenamiento de fuerza y lograr un equilibrio en la capacidad física