Aunque a menudo se pasa por alto, la respiración juega un papel crucial en el entrenamiento de fuerza. Controlar la respiración no solo permite que los músculos reciban suficiente oxígeno, sino que también ayuda a mantener la estabilidad del «core» durante ejercicios pesados. Durante movimientos como la sentadilla o el peso muerto, inhalar profundamente y mantener el aire ayuda a estabilizar la columna y a mantener el torso firme, lo que se conoce como la técnica de «bloqueo». Esta técnica es fundamental para levantar pesos de manera segura y efectiva, ya que reduce el riesgo de lesiones en la espalda.
Además, exhalar en el momento adecuado del ejercicio ayuda a liberar la tensión y a completar el movimiento con más control. Por ejemplo, en el press de banca, es importante exhalar al empujar el peso hacia arriba, ya que esto permite una contracción más fuerte y controlada. Practicar una respiración adecuada también ayuda a mantener un ritmo constante, evitando la fatiga temprana y mejorando el rendimiento en general.
La conexión entre la respiración y el movimiento es clave para alcanzar el máximo potencial en el entrenamiento de fuerza. La próxima vez que te enfrentes a una barra pesada o a una serie de flexiones, recuerda que respirar adecuadamente es tan importante como la técnica de levantamiento